El hotel ha perdido el brillo y categoría que alguna vez posiblemente tuvo, hace décadas. El mantenimiento es básico, y claramente necesita una enorme inversión para renovar su mobiliario, adecuar las habitaciones y espacios comunes, y crear comodidades y servicios. En mi habitación sale un hilo de agua en la ducha, y a pesar de reclamar inmediatamente, nunca lo repararon. De día y de noche y en todo horario. Tuve que pedir un recipiente para juntar agua y bañarnos "a tarrito". La atención es excelente, muy amable y servicial. La higiene muy buena. La ubicación bárbara. El desayuno adecuado al precio. Y juegos de mesa para la familia, algo desvencijados, pero disfrutables aún. Esto mitiga en parte la mala experiencia, pero no es suficiente cuando existen problemas estructurales y tan marcados como el abastecimiento de agua. Espero que puedan resolverlo, invertir fuerte en la renovación, y volver a brillar. Hasta tanto eso no ocurra, no volvería ni lo recomendaría.